martes, 2 de octubre de 2007

El insondable enigma de la librería carmesí

El librero no respondía a los emails.

Las actualizaciones de su web resultaban extrañas, impostadas, como si un farsante las hubiera realizado por él.


Testigos, entre ellos, el insigne David Alonso, aseguraban que sus puertas, antes siempre francas para el público, permanecían cerradas a cal, canto y cerrojos.





¿Qué espeluznante misterio se había cernido sobre la librería?




5 comentarios:

Francis P. dijo...

Ya sabéis que vivo prácticamente al lado del centro del misterio... cuando vuelvo del tajo todas las tardes paso por la misma puerta. A veces entro. A veces no.

Algunas mañanas la librería abre sus puertas a la hora que le sale de la entrepierna (y tiene colgado en la puerta un cartelito en el que incluso se jacta de ello).

Lleva un mes sin modificar los escaparates (jejejejeje).

Pero tengo clara una cosa: la librería está abierta y el librero de marras es un vago de tres pares de narices que no da la cara porque no quiere (ea).

O eso, o los dos últimos libros de John Brunner que le compré el otro día son el resultado de mi mente delirante y alucinada.

Enigma resuelto.

Fernando Cámara dijo...

Igual un día descubrimos que la librería sólo la ven aquellos que quieren verla, como los muertos del Sexto Sentido. Es posible que los Galateos sean sencillamente un grupo de dementes que se contagian sus ilusiones sólo mirándose, y que alguno deseó una librería tal que así. ¿Sabrá Escarlati que es producto de nuestras ficciones?

Panadero dijo...

Kaplan,
a ver si va a ser al revés: Scarlatti no es producto de nuestra imaginación; más bien, nosotros somos los amigos invisibles del librero, esos que nadie aparte de él puede ver. ¡Qué jaleo!
Bromas aparte, yo diría que si Scarlatti no hace acto de presencia es porque debe haber vuelto con los suyos, en algún rincón remoto de la galaxia...

jerobibo dijo...

creo que había un grupo de depravados empeñados en hacerle daño

Fernando Cámara dijo...

Resuelto. Scarlatti's alive. Le acabo de dar la mano junto al hermano Paco. Él es testigo de que no estoy paranoide. Aunque no me fío de ningún testimonio Galateo. Ni siquiera mío.