martes, 2 de octubre de 2007

Barbaridades


Siguiendo el sugerente juego iniciado por Kaplan, mirad lo siguiente:

1982 fue el año elegido por Dino de Laurentiis para poner en la calle su superproducción sobre las andanzas de mi buen Conan, el barbaro. La peli, con título homónimo e integramente rodada en España, resultaba bastante digna a pesar del insufriblemente malo guión de John Milius (también director del filme) y Oliver Stone. Malo, especialmente, porque traiciona de manera irreversible al personaje tal y como fue concebido por Howard y perfectamente adaptado al cómic por el excepcional tandem Roy Thomas-John Buscema. La traición empieza ya con la elección del Conan de la ficción... Un entonces desconocido Arnold Schwarzenegger (que ya les vale poner a un tipo rubio para interpretar el papel de un sujeto que siempre fue descrito con el pelo negro). Sin embargo, la producción tiene empaque y Milius sabe manejarla, con lo que queda una peli de aventuras bastante digna que fue un rotundo taquillazo.
¿Qué ocurre entonces?
Pues que los macarras de la Serie B -a lo largo del mismo año- y buscando taquilla fácil meten en pantalla cosas como estas:

"El señor de las bestias" (Don Coscarelli). Un refrito potable de Espada y brujería con el cachas del Singer (al que todos recordamos de la legendaria serie televisiva "V"). Pletórico.

"Ator el poderoso". No podía faltar, como es lógico, la macarrada italiana de turno... Con un desconocido mazas llamado Miles O'Keffe (¿quién sabe dónde estará este sujeto?) en el papel estelar.



Esta era mala de narices -lo afirmo porque yo me las tragaba todas toditas- pero, agarraos amigos, a pesar de ello chutó en taquilla y tuvo una secuela que se estrenó pertinetemente en coincidencia total con el estreno de la secuela de Conan: "Conan, El Destructor" (Richard Fleischer, 1984).

El asunto bárbaro, y seguimos en 1982, dio hasta para una de dibujos animados, muy maja, de Ralph Bakshi, titulada "Tygra, hielo y fuego" (esta si no la habéis visto, tenéis que hacer el esfuerzo por localizarla).

Y hubo más. Tras el estreno de "Conan, El Destructor" (1984), salió otra italianada tremebunda (creo que esta era de Castellari pero Panadero me corregirá si me equivoco), titulada "Los Bárbaros". Los protagonistas eran dos gemelos cachas. Te morías de la risa con tanto descacharro. Y un año después, persiguiendo el tirón de Conan pero sin derechos sobre el personaje el De Laurentiis se hizo con derechos sobre Red Sonja e hizo, también con Fleischer, "El Guerrero Rojo". Un completo monumento a la publicidad engañosa pues todo quisque iba al cine creyendo que se iba a ver una de Conan -con Schwarzenegger y todo- y se terminaba encontrando con que no... Que se trataba de otro rollo.

Lo más interesante de todo es que el subgénero -que vería revisiones en el ámbito de la TV apoyadas por Sam Raimi, pero nada para el cine- murió igual que nació... ¿Alguien se acuerda de qué pasó con tanta barbaridad?

P.D.: De "El Corazón del Guerrero", esa mariconadita infame de hace unos años que bien se podrían haber ahorrado, no hablo porque no merece la pena el esfuerzo (y eso que la realizó un crítico de cine... Supongo que se aprendería la lección).




3 comentarios:

Panadero dijo...

Paco,
"Los bárbaros" la dirigía Ruggero Deodato, pero curiosamente se trataba de una producción yanqui, de la inefable Cannon.
Aprovecho para añadir "La espada salvaje de Krotar" (¿pilláis el doble sentido fálico?) y, por supuesto, "Los Cántabros", de Paul Naschy, centrada en el fascinante héroe Corocotta.

Saludetes de tarde-noche.

Fernando Cámara dijo...

Empieza a preocuparme tantos títulos de señores cachas mediavales y que nadie se acuerde de Sheena del 84, con la Roberts en plan salvaje seductora. Y a pesar de ella, vaya petardo peli. De todas las que mencionáis casi me quedo con "El Señor de las Bestias", auqneu prefiero no revisitarla, por si acaso.

Biedma dijo...

Interesantísimo estudio y colaboraciones, hermanos. Muy necesario además, en una época en la que, efectivamente,la espadaybrujería está sucumbiendo frente al fantasy más ramplón.

Saludos nocturnos.