lunes, 17 de diciembre de 2007

Mr. Bakerson Presents


Argumentos incontestables. Con estas guisas y su seguridad habitual, el hermano Panadero presentó la nueva etapa de su viejo Prótesis. El hacha es de mi cosecha, porque la única arma del amigo Gpunto es su labia. Y su corazón. Durante los aperitivos y vinos fue capaz de atender a cuatro nutridos grupos de invitados ¡a la vez! Alcemos nuestras copas por el nuevo Prótesis. ¡Larga vida! ¡Salud, David!

4 comentarios:

Panadero dijo...

Muchísimas gracias, Kaplan, por tu atención.
Y muchísimas gracias por el hacha que me pones, ¡pero si parezco un cántabro!

Francis P. dijo...

Bueno... No creo descubrir nada si afirmo que el viernes pasamos un rato realmente bueno, entre amigos y vicios, como es menester en estos casos (los creativos no tenemos mucha pasta, pero sí mucho salero).

Todo salió a las mil maravillas, echamos unas risas, hicimos comentarios supuestamente inteligentes, conocimos gente nueva como ese gran Olloqui moscovita (e incluso al gran Corocotta) y, por estar, hasta Escarlati estuvo divertido.

Incluso traté de armar camorra chinchando a los fans de los Beatles, que eran gran mayoría, pero nadie me entró al trapo (claro que, como bien dijo Kaplan, no hay cojones a hacer lo mismo con los Metallica en medio de una convención de "jevis", y la verdad es que no los hay).

Se echó de menos al Hermano Biedma y la Hermana Rosaura, pero supongo que todos nos debemos una y que nos la cobraremos como está mandado.

El nuevo Prótesis nace con buen pie y en mejor contexto. Ave Panadero. Seguiremos perpetrándolo.

Biedma dijo...

Queridos, pasamos el viernes maldiciendo las circunstancias que nos impidieron asistir, pero estábamos allí.

Efectivamente, Paco; nos la debemos, y creo que en cuanto pasen las fiestas debemos ir pensado en cobrarnos ese encuentro galateo.

Abrazos de cántabro.

Panadero dijo...

Me encantó ver a tantos amigos juntos de Escarlateo.
También vino Urceloy, el poeta pornógrafo, la única persona a cuyo lado me siento pequeño. Y David Torres, con su insobornable ética de barrio.
Y luego había un grupillo de personas talluditas que no identifiqué.
Pero lo más importante es que al fin conocisteis a Corocotta, el feroz:-)

Respecto a Olloqui, os aclaro que no es moscovita sino mostovita, por tantos años como ha pasado en Móstoles. Una vez empezó a escribir sus memorias y comenzaba, "Vivo en Móstoles y eso explica gran parte de mis fracasos".