sábado, 19 de enero de 2008
Juanito (II)
La vida en el correccional no había sido mala para Juanito. Cómo iba a serlo para ese niño tan guapo y tan bueno que tenía loquitos a todos los celadores.
Había.
Hoy esta acorralado en el cuarto de las basuras y tiene enfrente a dos adolescentes dispuestos a merendársele el virgo.
-Cara a la pared -vocifera el mayor-, y abajo los pantalones.
Juanito lo hace despacio, entreteniéndose mucho cuando llega al dobladillo. El otro, furibundo de ansia y malicia se le echa encima y le tironea de los calzoncillos. Entonces ocurre que Juanito se revuelve como un gato. El otro cae de espaldas más por el susto que otra cosa. Juanito se abalanza sobre el caído. El tercero en discordia, acojonado ante la rabiosa reacción de la presa -o tal vez por la desfigurada cara de zumbado del niño- encaja los costillares en un rincón de la minúscula habitación y está a punto de orinarse encima.
Ahora Juanito le ha puesto sobre el párpado de inferior el trozo de cristal que ha estado dos días afilando sobre el asfalto rasposo de la cancha nueva de baloncesto. Presiona. Despacito.
-¿Lo ves?
-Sí... Sí que lo veo -. Balbucea el otro.
-Pues ya no lo vés.
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4 comentarios:
Paco,
cuéntanoslo, que a estas horas nos lee poca gente. Con tu saga dedicada a Juanito estás difundiendo algunas de tus experiencias en el trabajo, eh?
Un abrazote y muy buen finde,
David.
Que no te enteras, Panadero; el Juanito es un avatar del Paco, que es su niñez por entregas la que nos está contando.
Ya esoy deseando de que llegue a la parte en la que se lo monta con la monja de la dentadura postiza.
Prometo emociones fuertes. Y no digo más... Ya que me lo he montado en plan culebrón, iremos hasta el final.
Queremos más, muchísimo más, nos encantan; y si Juanito necesita usar a la tal Mila para hacerse una máscara de piel humana o algo así, que no se corte.
¡¡¡Esperamos ansiosos!!!
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