lunes, 9 de marzo de 2009

I've been watching the Watchmen

Pues no está tan mal.

A ver si explico: si te pones en plan pureta y le buscas tres pies es evidente que la película no recoge -ni puede- toda la riqueza argumental del cómic. Primero porque se necesitarían veinte horas de metraje; segundo, porque tendrías que estar recurriendo constantemente al salto presente-pasado (eso que los cursis y los pedantes llaman "flasbak") que cuando se lee funciona muy bien, pero que en el cine resultaría tremebundo; tercero, porque habría que tratar de llevar a la pantalla innumerables conceptos metafísicos, en plan 2001, que harían la película abrumadora para el espectador. Por eso los guionistas han recurrido a una técnica rudimentaria pero efectiva: agarramos el tronco central de la historia, señalamos las ramificaciones meramente imprescindibles, damos los saltos inevitables, introducimos todas y cada de una de las escenas y episodios impactantes del tebeo, y así podemos llegar al final de un modo que más o menos se entienda sin dejar de entretener. Y funciona. La peli se va a las 2 horas y 45 minutos -que ya es tela- y se aguanta bastante bien porque el ritmo es razonable y la información va más o menos bien dosificada.

La estética es modernilla -algo gótica para mi gusto, lo cual la aleja del sabor del comic USA clásico que forzaron Moore y Gibbons en su trabajo deconstructivo y desmitificador- y las escenas de acción están bien rodadas, con mucho dinerito y salero. Vale, también hay mogollón de croma en plan 300, que a Snyder le pone a pesar de que muy a menudo sea totalmente gratuito, pero está puesto al servicio de la reproducción escrupulosa de todos los clichés visuales del cómic (hay planos que son, tal cual, la viñeta misma y los lectores más mitómanos los identificamos en el acto, verbigracia, esa chapita del smiley girando, cayendo justo como debe, manchándose tal y como tiene que mancharse con la sangre del Comediante, y etcétera). Obviamente, otro de los puntos fuertes es la música que reproduce perfectamente las canciones a las que se hace referencia a lo largo del tebeo, y produce una sensación realmente sugestiva ver las viñetas moviéndose en la pantalla al ritmo de las canciones de Dylan, Hendrix y compañía. Muy videoclipero. A ver, mozos, estamos en los años 80.

Lo ideal es hacer el experimento que yo realicé para ver si realmente funcionaba. Me empeñé en ir a verla con alguien no maleado, que no hubiera leído el cómic. Y a ese alguien le encantó lo cual muestra a las claras que la peli marcha y cumple, de paso, con otra función no menos importante: hace nuevos lectores.

Insisto. No está tan mal.

Y debe ser porque me esperaba un completo bodrio que al final no me ha disgustado... Por supuesto tiene sus pegas. La fundamental es que a veces se lo ponen excesivamente fácil al espectador lo cual banaliza algunos elementos y matices que en mi opinión no son nada banales. Esto explica que hayan modificado determinados contextos sin alterar el fondo, pero sí la forma en un ejercicio del tipo: "a ver cómo le cuento yo esto a un niño de cuatro años". No pasa a menudo, pero sí resulta ofensivo cuando el hecho es que la película es violenta y dura, claramente destinada a adultos, y te encuentras con que al mismo tiempo no duda en tratarte como a un enano mental si se tercia. Licencias para satisfacer al público estadounidense, supongo. Sea como fuere, opino que no es tirar el dinero y merece el esfuerzo.

Hala, ya podéis ponerme a bajar de un burro.

3 comentarios:

David G. Panadero dijo...

Estoy con Paco,
la película rememora a la perfección los puntos culminantes del cómic. No obstante,
Me pareció que se desmigajaba algo al detenerse en los antecedentes de cada personaje (en el cómic funciona muy bien que cada personaje tenga su parcela bien definida, pero en la película, esto provocaba que, para mi gusto, la acción avanzara a trompicones)
Rorschach está francamente bien.
Me acaba molestando que cada vez que un personaje suba a un taxi, o se ponga el abrigo, o salude a otro, suene la canción de turno. Es decir, que con cualquier excusa, empiecen a sonar cancioncillas...
Me molesta bastante que se cambie el inicio de la película (con lo buena que era la imagen del cómic: el smiley manchado de sangre y la cámara ascendiendo a las alturas), prefieren añadir un prólogo con pelea a lo Matrix... Y se nota que es un "pegote", porque después, el resto de películas de acción son mucho más crudas, no tan estilizadas.
La primera mitad de película resulta muy sólida, con ese ambiente negro, urbano. Pero la cosa se va desmadrando con esas extensísimas secuencias en la Antártida, que parecen contradecir el aire realista/fantaseado de los inicios de la película. Tampoco me gustan las secuencias del Dr Manhattan en Marte. Poco convincentes, muy artificiosas... Vamos, que me gusta más el tono que inaugura la película que el que lo cierra..

Sigamos, colegas, discutamos:-)
Abrazos,
David.

Pedro de Paz dijo...

"...al salto presente-pasado (eso que los cursis y los pedantes llaman "flasbak") ..."

Analépsis, Paco. El término preciso es analépsis. Pero resulta aún mucho más pedante incluso que "flashback".

Respecto a Watchmen, la película me llama mucho la atención. Sobre todo porque yo ni soy ni he sido nunca seguidor del comic por lo que, según comentas, ni me voy a sentir traicionado ni voy a echar nada en falta. Vamos, que la voy a disfrutar "un huevo" (no hay cultismo que sustituya esa expresión), ¿no?

Abrazos,
Pedro de Paz

Francis P. dijo...

Con los comentarios de David, muy propios de alguien que se ha leído el cómic, tengo que estar bastante de acuerdo (habría matices, pero mínimos).

No tanto con Pedro: Analépsis es una palabra maravillosa que no se le ocurriría utilizar a ninguno de esos cursis y pedantes que recurren al "flasbak" (sin "sh" ni "ck" por supuesto, que en mi idioma se escribe como se habla), o que nos aburren con las "butades" y los "dejavús". De hecho, si utilizasen analepsis no se me ocurriría criticarlos porque, obviamente, hablaríamos de gentes de otro nivel.