viernes, 31 de octubre de 2008

Memorias Dark


Unas breves líneas para, aprovechando que es 31 de octubre -que además de Halloween, es la fecha de nacimiento de una persona "especialmente especial" para mi (y, ¿qué otra fecha iba a elegir para nacer?). Para comentar, decía, que durante este mes de octubre y el próximo noviembre, van a seguir programando "Memorias del ángel caído" en Dark Teuve. Como no podía ser de otra forma, con ese nombre, un canal específicamente centrado en cine de terror.


Ha pasado el tiempo, y ahí seguimos.

jueves, 30 de octubre de 2008

CALLE ESCRITOR JERÓNIMO TRISTANTE



No dejo de decírselo a todo el mundo, no me canso, lo repito una y otra vez: soy amigo de un tipo que ha dado nombre a una calle en la pedanía de Espinardo (Murcia)




Efectivamente, tal y como documento arriba, nuestro hermano ha pasado a mayores, ha asumido la inmortalidad del callejero, de los azulejos en la fachada, de la maldición del taxista.




Creo que intentó que la denominación de la vía fuera Calle Galateo Jerónimo Tristante, aunque no pudo ser; ya sabemos que las autoridades procuran silenciar nuestra conspiración, que no hay peor título que el de escritor con el que denigran su nombre, que Lola Flores la tenía más grande... Pero él tiene una calle y usted no.




Hoy en Espigardo y mañana en New York o incluso en Gotham City.




Mucho Jero.




Maldito Viernes

Ay, ay, ay.... Pateándome el blog de los amigos de Zombi.blogia voy y descubro esta delicatessen. Falso trailer, de falsa película, obra de Paco Plaza.

Ella es Leticia Dolera.

Es una pena que este cine no se haga y quede en mera propuesta.

Nota para el Ministerio de Cultura: Menos financiar del erario público el culturetismo de opereta y más poner pasta para la gente que le echa pelotas detrás de la cámara.



¿Mola o no mola?

domingo, 26 de octubre de 2008

La secreta presentación de Mr Baker


Ilustración: Sergei U. Rukavishnikov.

sábado, 25 de octubre de 2008

Happy Baker to You


Galateos,

no os perdáis este falso documental sobre la vida de Panadero, que está causando furor en los cines de reestreno:




Saludos cordiales,

G.

viernes, 24 de octubre de 2008

Mr. Burton

Hoy tarde (por ayer), en la FNAC, Mr. Panadero ha defendido realmente bien a Mr. Burton.
Tan bien que casi nos convence a los burtonescépticos. Casi. Nos ha mostrado las virtudes inherentes a este muchachito raro, con pinta de haberse comido todas las collejas del instituto, y lo ha hecho con tanta eficacia que, creo, el propio Timmy, de haber estado presente, abría intentado abarcar a nuestro grandullón en un abrazo. De diez. Lo ha hecho tan sumamente fetén que casi me he encontrado autojustificando la aversión que me produce parte de su cinematografía -que no toda. Casi otra vez. Incluso me he atrevido a soltarle un par de andanadas -aún a riesgo de verme expulsado de la sala por un segurata con cara de perro- y Panadero, como buen Galateo, ha sabido responder a mi agresividad intelectual (siempre bienintencionada) con elegancia, soltura y saber estar. Lo cual, dicho sea de paso, no deja de motivar que me sienta muy agradecido de contar con su amistad. Uno siempre quiere ser amigo de quien hace las cosas bien.
Siempre al borde del casi. En el límite del asentimiento. Pero el casi, de tan eficazmente como nos lo ha hecho G., requiere explicaciones.
Tim Burton -y esta es mi queja principal- ha hecho un personaje de sí mismo. Se ha convertido en una parte más de sus películas, y una parte tan omnipresente y sobreactuada que a veces casi te molesta porque le ves más a él dirigiendo que a la propia película. No hay obra, hay sólo autor. Y el resultado de ello es, indudablemente, la artificiosidad. No me creo nada. No te crees nada. No nos creemos nada. Precisamente las mejores películas de Burton son aquellas en las que él decide quedarse tras la cámara, que es justo donde tiene que estar. Y cuando se deja guiar por este elemental sentido común que impone el oficio, le sale perfecto: "Ed Wood". Obra de arte incontestable.
Esa es la mágia de los grandes. De Ford, de Hitchcock o de Hawks: que es su cine el que habla por ellos y ellos nunca necesitan demostrarse en su cine. Están, pero no les ves. Qué fácil. Y qué difícil.
Tampoco le queda mal la cosa cuando decide que lo importante es el resultado estético ante y sobre todo. Ese expresionismo pasado por el colador de Flash Gordon, el cine de sesión contínua y los cómics de la Warren ("cuentos de la cripta" especialmente) que da como resultado sus magníficos filmes de animación o ese sensacional "Sleepy Hollow".
El problema es cuando aparece él con todo ese rollo del tipo incomprendido -supertaquillero, pero tristísimo- y le da por autoparodiarse. Porque entonces sale el Tim Burton que te cuenta esa misma historia repetida que te lleva contando veinte años y que se expresa en un principio de lo más elemental: "yo soy raro y me mola serlo, y el mundo no me comprende y me siento más sólo que la una". Una vez, "Bitelchus", vale. Dos, "Eduardo Manostijeras" rechina. Tres, "Big Fish", te mata. Cuatro "El planeta de los simios"... Tío, ahí te has colado porque la cosa no iba de eso.
Y cuando ya hace la parodia de la parodia y le sale "Mars Attacks", te revienta.
Es una pena. Si este señor abandonase esos delirios de adolescente autoimpositivo, madurase de una vez y se limitara a dirigir películas en lugar de querer salir en ellas... Coño, qué grande sería. Lo tiene todo -talento incluído- excepto cabeza. Claro que, dicho esto, igual cuando reciba el libro que tan magníficamente nos ha presentado G., igual se me rompe la barrera del casi y terminó por rendirme.
De momento, ya me siento rodeado.
Enhorabuena David. Has estado grande.

jueves, 23 de octubre de 2008

REPORTAJE: MADRID, CRÓNICA EN NEGRO


Páginas de sangre en el paisaje urbano





Una escritora pasea por la ciudad junto a detectives novelescos y asesinatos ficticios

MERCEDES CASTRO* - Madrid - 23/10/2008



Hay ciudades que se definen en nuestra imaginación tanto por el brillo de sus neones como por lo sórdido de sus callejones repletos de contenedores de basura, escaleras de incendios, sombras de gatos a la carrera y policías en busca de un malhechor.

La ficción es, sin duda, la que imprime a fuego en nuestro cerebro la idea de que las calles de una ciudad son algo más que una anodina vía pública: son también los escenarios de las novelas, películas, series y cómics que nos han hecho creer que tras las fachadas de los edificios, en los túneles del metro, hay "algo más". Hay muerte y sangre y criminales agazapados.

Cuando llegué a Madrid a finales de los ochenta traía en mi cabeza, he de confesarlo, un equipaje variopinto de retratos de la ciudad: los juzgados de plaza de Castilla repletos de quinquis y yonquis que transitaban los protagonistas de Turno de oficio, los bares de Centro y Chamberí en donde transcurrían escenas de la tan en boga comedia madrileña de Trueba y Colomo, y las calles en gris y sepia del barrio de Salamanca por las que caminaba siempre alerta un Sancho Gracia caracterizado como Jarabo. Luego, la realidad, tan juguetona e irónica, me presentaría a un compañero de facultad que vivía en la misma planta del edificio donde éste cometió sus crímenes. A veces, con una copa de más, juraba que todavía podía oírse en la noche, por el hueco de la escalera, a sus víctimas chillar.

Tal vez se deba a series tan populares como Brigada Central o La huella del crimen, que ficcionó los asesinatos más escabrosos de nuestra historia reciente, o quizás al crisol variopinto de personas que confluyen, a veces con roces e incomprensión, pero lo cierto es que en el imaginario colectivo Madrid es una ciudad sangrienta, y así como algunos gustan de recorrerla trazando la ruta de los museos, yo no puedo sustraerme al eco cruento que se escucha en sus rincones, aun cuando sepa que muchos de los asesinatos no hayan sucedido. Será que escribo novela negra, o que me persigue la ficción con su reflejo distorsionado de la realidad, pero el caso es que en algunos lugares no dejo de oír a gente que no cesa de gritar y pedir auxilio.

Mi recorrido, entre literario, personal y turístico -no debe olvidarse que soy de provincias-, siempre comienza en la calle de San Nicolás, allí estaba el primer piso de estudiantes en el que residí en Madrid y en donde sitúa Jerónimo Tristante la mansión encantada que da título a su novela El misterio de la Casa Aranda, si bien él se inspiró en la llamada Casa Duende, un palacete burgués en los aledaños del cuartel del Conde Duque habitado, según las crónicas de la época, por terribles fantasmas que no eran más que, en un nuevo juego de espejos entre ficción y realidad, falsificadores de moneda que pretendían alejar a los curiosos.

La siguiente parada es la Puerta del Sol, un lugar típico que ningún amante de lo macabro debe dejar de visitar. Allí ubicó Francisco García Pavón el Hotel Central donde se alojó, en la única salida de su Tomelloso natal, su inolvidable Plinio, uno de los primeros investigadores de nuestras letras, para, acompañado de su ayudante Lotario, resolver la desaparición de Las hermanas coloradas, obra por la que obtuvo el Premio Nadal en 1969.

Muy cerca, en la calle de Esparteros, habita otro destacado personaje de la novela negra española, Tony Romano, el cínico ex policía creado por Juan Madrid, que divide su tiempo entre los cafés en la Mallorquina y su empleo como fisonomista en el Casino de Torrelodones a la caza de gente de mal vivir. En Grupo de noche, Romano alternará este trabajo con la investigación del asesinato en un almacén abandonado de la calle Capitán Blanco Argibay de El Dátiles, un antiguo confidente.

Pero subamos hacia Gran Vía para visitar un hotel decadente con aires de película en blanco y negro: el Metropolitano, cerca de la Red de San Luis, en cuyo bar tocaba el piano Biralbo, el desencantado protagonista de El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz Molina.

Si a estas alturas nos entrara algo de hambre, podemos acercarnos a la Carrera de San Jerónimo para entrar en el conocido restaurante Lhardy, donde Pepe Carvalho, el detective creado por Vázquez Montalbán, mantuvo un almuerzo con destacados miembros del Partido Comunista destinado a esclarecer un sonado Asesinato en el Comité Central y, tras la comida, en el número 24 de esa misma calle, es recomendable detenerse ante el teatro Reina Victoria, ya que, según reveló Juan Ramón Biedma en El imán y la brújula (último Premio Hammett a la mejor novela negra), en sus sótanos, allá por 1920, operarios y antiguos actores filmaron las primeras películas snuff (asesinatos reales) que circularon por España.

Para bajar algo el cocido, podemos acercarnos al número 45 de la calle de Alcalá, donde se levantaba el antiguo teatro Apolo (hoy ya desaparecido y luego reconvertido en un banco). Aquí, Selva, un noble desocupado aficionado al método deductivo protagonista de La gota de sangre, escrita en 1911 por Emilia Pardo Bazán, encuentra la pista para descubrir al asesino en una de las primeras aproximaciones de nuestra literatura al género policial.

Desde allí recomiendo caminar hasta el Museo del Prado con una historia desconocida de oscuros asesinatos que nos desvela Tomás García Yebra en Los crímenes del Museo del Prado y, a continuación, relajarnos entre los árboles que rodean al Palacio de Cristal en el parque del Retiro. Mejor no entrar en los urinarios públicos anexos: en ellos, Roberto Esteban, el boxeador retirado y protagonista de El gran silencio, de David Torres, propinaba una brutal paliza en una cruda escena grabada a fuego en mi memoria. Puede que por eso sea adecuado llegarse al Café Comercial, en la glorieta de Bilbao, donde quizá podamos toparnos con Los amigos del crimen perfecto de la novela de Andrés Trapiello.Será conveniente dejar para otro día la visita a barrios como los de La Latina, donde Javier Azpeitia ambienta Nadie me mata, el de Ventas, en donde transcurren Las noches contadas, de Javier Pérez Merinero, o al extrarradio, como Las Barranquillas, en el que Francisco Galván localizó su Sangre de caballo.

Para salir del Retiro, la puerta que da a la plaza de Mariano de Cavia, frente a la clínica del doctor León en la que se inspiró Rafael Reig para ambientar Guapa de cara. Es un psiquiátrico de aire siniestro en el que, en su fascinante novela, se practicaban crueles experimentos con los pacientes. Paso ante ella todos los días y no he podido resistirme a usarla también en mi propia ficción. Es una tentación que no conseguí vencer: dejar mi huella, contribuir a manchar un poquito más de sangre esta ciudad.


*Mercedes Castro es autora de la ineludible novela Y punto (Ed. Alfaguara, 2008).

martes, 21 de octubre de 2008

Tim Burton en Fnac



Se hace saber...
Que este jueves, 23 de octubre, a las 19h, David G. presentará la reedición del libro Tim Burton, diario de un soñador. Se trata del libro que escribió junto con su amigo Miguel Parra.
Durante la presentación se proyectarán los cortometrajes de Burton, y no sabemos si habrá aperitivos después. En todo caso, lo que es seguro es que nos patearemos todos los bares tardofranquistas del centro en busca de Mirindas asesinas.
Os esperamos!

domingo, 19 de octubre de 2008

CONFERENCIA EPISCOPAL


Termina de caer la semana sin que se extingan las resonancias de uno de los manifiestos mas salvajemente inhumanos que me han llegado en mucho tiempo: el de la conferencia episcopal española condenando la selección previa de los embriones que ha permitido el nacimiento de un niño en Sevilla sin la enfermedad a la que estaba genéticamente condenado -beta-talasemia mayor-, práctica que, además, mediante un transplante de médula, podría permitir la curación de su hermano de seis años, que soporta el mismo mal hasta ahora con muy reducidas esperanzas de salvación.

EL PAÍS:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/obispos/critican/seleccion/embriones/lograr/bebes/curen/hermanos/elpepusoc/20081017elpepusoc_1/Tes

EL MUNDO:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/10/17/espana/1224238183.html

A pesar de la repugnancia que a tantos nos produce la barbarie moral de los obispos, debemos felicitarnos porque son ellos mismos, mediante este progresivo distanciamiento de la sociedad, los que están contribuyendo más decisivamente a la decadencia del club que representan.

lunes, 13 de octubre de 2008

EL TESORO DE LOS NAZAREOS


El próximo día 15 nos llega, por fin, una de las novelas más esperadas de este otoño, el personalísimo acercamiento que Jerónimo Tristante, el hermano Jero, ha llevado a cabo al mundo de los templarios.


Mientras contamos las horas para acercarnos a la librería más cercana, os dejo el texto de contracubierta:



Rodrigo Arriaga es un caballero huido de la corte que se esconde en los Pirineos aragoneses y nada quiere saber de la corte ni de su antigua, y secreta, profesión. El que fue el mejor espía de su tiempo se oculta en un recóndito pueblo y ha renegado de su pasado como favorito del Rey. Sin embargo, las cosas cambian cuando Silvio de Agrigento, al servicio del Papa, llega buscando a Arriaga a su escondite. La Santa Sede tiene una propuesta que hacerle y Rodrigo, llevado por la necesidad de dar paz a los restos de su amada --quien murió en desgracia y a quien se le concedería una bula para ser enterrada en Campo Santo--, no podrá por más que aceptar.
Su misión consistirá en infiltrarse entre las filas de la orden del Temple, convertirse en uno de ellos, ganarse la confianza de cada uno de esos soldados de Dios y descubrir qué ocultan bajo su fachada de bondad y caridad. Roma tiene fundadas sospechas sobre las actividades y objetivos de estos caballeros y Rodrigo será el encargado, en un viaje que le hará recorrer Europa, de destapar la verdad.



jueves, 9 de octubre de 2008

Las películas que detesto. Toma primera: AMERICAN BEAUTY


Lo siento, colegas, no puedo con el cine social. Al menos con esos títulos recientes que alardean de ser comprometidos. Es superior a mis fuerzas.
No recuerdo quién era; había un escritor que dijo que las buenas intenciones producen mala literatura. Y es que cuando el cine se pierde por el camino de las buenas intenciones, se enfanga hasta las trancas en la moral didáctica, pierde mucho encanto. O al menos, así lo veo yo. Las buenas películas, los buenos libros, han de ser ambivalentes, mostrar el lado humano de los monstruos, las contradicciones, los dilemas más profundos... Y que la cosa no degenere en campaña de sensibilización del Ministerio de Asuntos Sociales. Creo que el buen cine debe aspirar a mucho más que a eso.
Me imagino que una película social debería ser la que denuncia una situación, toma partido, suscita un debate y una polémica, provoca una reacción... Sin embargo, que me digan qué polémica suscitan películas como Los lunes al sol o El patio de mi cárcel, que no dejan de señalar evidencias -a estas alturas cualquiera sabe ya que estar entre rejas es malo, malo, y que quedarse sin trabajo es peor-, eso sí, los cineastas se suben al carro de señalar evidencias con convicción y entusiasmo, como quien de golpe y porrazo descubre América... sin darse cuenta de que no es el primero. Estamos hablando de películas que abordan temas peliagudos y que después, al fin y al cabo, se disfrutan en familia y a la hora del té. No sé ahí dónde queda el compromiso. qué es lo que se denuncia cuando se pretende el aplauso de todos.
Como podéis ver, nuestro flamante cine español anda sobrado de buenrollismo social. Pero no es de cine español de lo que os quería hablar, que también, sino de un título de la década pasada que acabo de revisar esta tarde: American Beauty.
Ni siquiera en su estreno me llegué a interesar con esta historia, porque ninguno de los personajes tenía la más mínima entidad, eran meros estereotipos reducidos a su mínima expresión. Porque una cosa es jugar a la caricatura y otra muy distinta, poblar una película entera con personajes de un solo trazo, para con ello predicar la sociología de salón. Y es que en American Beauty todo es bidimensional, cartón piedra: desde una insípida puesta en escena que asemeja un espacio de teatro televisado hasta las interpretaciones o los machacones y rutinarios apuntes críticos contra el sistema americano.
En fin, galateos, espero poder, muy pronto, hablaros de películas más estimulantes. Espero que sea así.

Wall·E

Wall·E es una hermosa película.

No sólo por sus virtudes técnicas, que las tiene y en abundancia, sino porque realmente es una bonita película. De esas que le dejan a uno un buen sabor de boca cuando sale del cine y que le llevan a pensar que todavía se hacen cosas que merece la pena ver y que, contra todo pronóstico, queda gente en este negocio que tiene ideas, que sabe explotarlas y que -esto es lo mejor- es capaz de coger las viejas teorías, esas que de tanto uso son ya de caña y tapa, y reconvertirlas en algo enteramente original. Porque, claro y para empezar, Wall·E no es una película para niños. Es una película para adultos disfrazada de infancia que consigue con ello un propósito bastante sencillo (e interesante); que los verdaderos destinatarios del mensaje, los adultos, vayan a verla empujados por los niños. Al nene le llegará la cosa anecdótica (el trastazo, el chiste, la sorpresa). Al papá y a la mamá les calará el fondo de la cuestión, que es de lo que se trata aquí.

Wall·E es una fábula ecologista disfrazada de historia de amor imposible. Vale. Esto ya lo hemos visto todos y es un truco argumental viejo como el Sol. Pero sí, y pero no.

Contrariamente a lo que pensamos cuando aparecen estos pelmazos "verdes" que nos agitan el dedo en la cara y nos asolan con sus peroratas disfrazados de Teresa de Calcuta, agitándonos pancartas y consignas que ni tan siquiera han tenido la decencia de inventarse ellos mismos, no es una película beata o cursi. Al contrario. No hay eslogan alguno. No hay clichés. Sólo hay historia. Una hermosa historia muy bien contada, prácticamente sin altibajos, que te refleja y en la que te reflejas, pero que no comete el torpe error de intentar aleccionarte. En Wall·E hay mensaje, pero no superioridad moral. De hecho, en Wall·E prácticamente no hay diálogos y lo que ves es lo que hay. Por cierto -y dicho sea de paso- es absolutamente genial el modo en que los animadores han conseguido que una máquina carente de expresión transmita tanta comunicación no verbal, y sólo por esto ya merece la pena invertir en taquilla.

Wall·E es toda una declaración de principios para un mundo en el que impera lo pseudocomplejo, lo sofisticado y lo fálsamente difícil, pues muestra que se pueden decir millones de cosas, y muy bien dichas, prácticamente con lo mínimo. Es un retorno a los orígenes, cuando no estábamos tan maleados por tanto rollazo ilustrado, moderno y posmoderno. Cuando se podía ser Platón o Aristóteles sin complejos de clase alguna y sin provocar sonrisas condescendientes en la concurrencia. Wall·E responde a esos tochos ilegibles de los Derridás, los Vattimos y los Baudrillards; a toda esa parafernalia incomprensible de los economistas (pobres); al pretensionismo de los inventores de conceptos nuevos para decir lo de siempre que abundan en todos los ámbitos del conocimiento; a las supuestamente inteligentes diarreas mentales de muchos cineastas y artistas de hoy. Es una película socrática (por mayéutica) que apuesta por un discurso sencillo -que no simple ni simplificador-, que recurre a pulsiones básicas, perennes, universales, y que permite al espectador rellenar los huecos a su antojo. Sin presiones, ni urgencias. Una escuela para guionistas y, por qué no decirlo, para novelistas barrocos e intelectuales de sillón de orejas.

Wall·E, por si no ha quedado claro, es una gran y muy recomendable película y además, por cierto, muy entretenida. Una película que justifica el desdén por los mamotretos culturetas.

Esperemos que Lars Von Trier y sus mamporreros la hayan visto.

domingo, 5 de octubre de 2008

DOSCIENTAS PALABRAS



Queridos, nuestro buen amigo José Andrés -Crucedecables- Espelt, que además de su indispensable blog, gestiona y anima también el de la Asociación Novelpol, ha convocado el siguiente concurso. Pasad y servíos.







Empezamos un concurso "Las 200 palabras de Novelpol".
En ese límite tendremos que construir un cuento-relato de género negro-criminal. Cada día se publicará en el Blog el que se reciba o reciban. El premio los 5 mejores libros de lengua castellana de 2008. El final del concurso lo vamos a fijar el 31 de Diciembre de 2008.
Para enviar la dirección electrónica será: crucedecables@gmail.com
PD. No valdran ni 199 palabras ni 201. 200+Título y autor.
Enhorabuena, y ahora pondré un ejemplo en el siguiente post, que no entra en concurso.
Mucha Suerte.




viernes, 3 de octubre de 2008

LAS JORNADAS DE ÁBRETELIBRO, UN ÉXITO





Este fin de semana pasado tuvieron lugar en Madrid las primeras jornadas del foro Ábretelibro que resultaron un éxito. Con 60 inscritos participaron autores como nuestro amigo Pedro de Paz, Somoza, Jorge Magano y un servidor de las monjas. No había plazas libres para asistir a las mesas redondas ni a las dos rutas literarias que se llevaron a cabo.

Hubo varias mesas con temas muy interesante: Terror, Infantil-juvenil, Histórica, Misterio y Mundo editorial.

En la fotografía de la derecha me veis en acción, durante la ruta en que mostré a mis amigos del foro los escenarios de "El Misterio de la Casa Aranda" y "El caso de la Viuda Negra", ambas ambientadas en el Madrid decimonónico.

En los días que corren es realmente loable juntar 60 pirados que se junten un fin semana a hablar de libros. La comida, muy barata, abundante, y de la bebida ni hablo. Un diez para la organización.

El año que viene más.

miércoles, 1 de octubre de 2008

El programón del año

Nenes, os cuento que el programón radiofónico del año lo tenéis aquí, en Radio Intercontinental (918 AM), de 23:30 a 00:30 h. Ni que decir tiene que lo hago yo (con Carlos Pascual, colega de fatigas) y hablo de muchos de esos monstruos que tanto nos gusta admirar a los galateos. También lo podéis escuchar por internet desde la página web de la emisora (pinche Vd. el link adjunto). Ya llevamos alrededor de veinte entregas, por lo que la cosa está bien rodadita.


Por supuesto, espero vuestras sugerencias. Y si queréis que un monstruito asesino en particular aparezca en vuestros receptores, no tenéis más que decirlo.

Una horita de baño de sangre... ¿Os tienta?

De ésta me dan el ondas.