Algunos dicen que es la mejor película de la temporada, lo cual me lleva a preguntarme cuál será la peor.
Resumo brevemente por qué me ha dejado tan frío esta película: en primer lugar, por seguir la tendencia moderniki de desordenar las piezas del puzzle, para que parezca que hay más de lo que hay. Esto suele acarrear más problemas añadidos, y es que cuando el orden es arbitrario, las secuencias "de relleno" cantan más a relleno.
Otro de los motivos que me han echado para atrás ha sido el mínimo desarrollo de sus personajes, aunque los actores que los encarnan los hacen casi creíbles. Pero la verdad, ni están bien presentados ni tampoco bien desarrollados. Esto me dolió especialmente porque el que se parece a mí, Seymour Hoffman, parece estar, sobre todo, en función de los efectismos del guión.
Y finalmente, me ha resbalado porque no termina de concordar la forma de contar -sí, el rollito documental- con el descenso a los infiernos, la entrada a un mundo desconocido por parte de los protagonistas. Imaginaos Casa de juegos rodada el estilo Informe Semanal; perdería toda su gracia.
Creo que aquí tenemos un buen tema de discusión, galateos.
3 comentarios:
David, pero si el cine está así. Creo, que es de lo poco salvable.
Cada vez tenemos que tirar, en mi caso, de Dvd. Eso sí, los críticos eclépticos de BCN, han aprobado y a su vez alabado la cinta, y ya sabemos .... por el director.
Actualmente, ves el catálogo de la FNAC y te vuelves loco .... sobretodo de clásicos de la Hammer.
US
José Andrés
PD. La película que he disfrutado más, FIDO en VOSE y por vías ilegales, ya que no la han editado aquí. Va de zombis o zombies.
Debe ser eso, José Andrés, que la marca "Sidney Lumet" todavía tiene tirón.
Pues a mí me gustó más la obra menor "La noche cae sobre Manhattan", cutrona pero muy efectiva.
Ojalá existieran los zombis.
Pues no la he visto, pero es cierto lo que dices con respecto al desarrollo del cine presente. Parece que la idea es embarullarlo todo para que no se comprenda nada y así ganarse fácilmente el derecho a un gran final.
En géneral, parece que al mismo tiempo que la técnica cinematográfica evoluciona, la calidad narrativa disminuye. Y esta proporcionalidad inversa es peligrosa porque crea escuela y los nuevos "talentos" se suman a la tendencia creyendo que así es como se hacen las cosas. Precisamente por eso me gustó tanto la última de Indiana, porque hace y cuenta como se debe hacer y contar: de prinicipìo a fin.
En cierta ocasión Guillermo Maldonado -goyeado por su montaje de "lobo"- me comentó un episodio muy significativo: los chicos que estudian cinematografía hoy están convencidos de que montar una secuencia de Matrix es muy difíicil... cuando lo que es verdaderamente complicado es montar una secuencia en la que Pepito le dice a Pepita, sentados en un banco del parque, que la quiere mucho.
Y así vamos.
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