Galateos,
al fin la he visto, la película que nos podría servir como perfecto himno generacional, sobre todo en lo que a cinefilia impenitente se refiere.
Si en su día alquilaste 1990: Los guerreros del Bronx o no te atreviste a sacar Aquella casa al lado del cementerio -la verdad es que la portada acojonaba-, esta es tu película.
Porque tiene más poética pasearse por estanterías de videoclub que descargar del eMule.
A causa de un extraño accidente, todas las cintas del videoclub “Be kind, rewind” quedan magnetizadas. Los encargados sólo encuentran una solución a este problema: filmar remakes caseros de los títulos más emblemáticos, como Los cazafantasmas o Robocop. Adentrándose por momentos en la comedia más disparatada, el cineasta Michel Gondry propone un lúcido análisis de la industria cultural, reivindicando con sana nostalgia el ambiente de los antiguos videoclubes, y oponiéndose al actual panorama cinematográfico, copado por unas pocas multinacionales. La película supone una emotiva y divertida declaración de amor al cine, que subraya nuestra necesidad de contar historias, de que nos cuenten historias, sin que la comunicación sea adulterada, para no perder la vieja alquimia.
domingo, 4 de mayo de 2008
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1 comentario:
Tío, interesante planteamiento. Habrá que hacer un poder.
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