miércoles, 7 de noviembre de 2007

Arte íntimo


A raíz de la publicación de mis "Duendes", una lectora me hizo llegar un ejemplar de este librito de bolsillo de Mondadori, escrito por Poppy Z. Brite, en el que se desgranan todas y cada una de los episodios más sádicos que uno pueda imaginar. Servidor de ustedes desconocía la obra de esta chica que, cuando se la lee, tiene un toque gótico y bastante "andergraund" que en ocasiones llega a resultar algo pesadito y no poco reiterativo (suele pasarle a toda esta gente del rollo alternativo que nunca sabe cuándo poner pies en pared).
El interés del texto, no obstante, radica en su clara inspiración en la vida, obra y hazañas del bueno de Jeff Dahmer -"El Carnicero de Milwaukee"- y en el esfuerzo sincero que realiza por introducirse en las motivaciones íntimas de un psicópata homosexual (más bien varios de ellos que cruzan sus caminos a lo largo de la novela para culminar en un final antológico, con fuegos de artificio, traca y chocolate con churros como está mandado).
Por lo demás, el texto es una sucesión de brutalidades, efectos de casquería, depravaciones, reflexiones más o menos sesudas acerca del SIDA, adicciones y salvajadas no poco reiterativa y algo irregular. A veces se lee muy bien, con momentos en los que hay una gran intensidad narrativa, y a ratos se hace algo denso, barroco y carente de pulso. Pero, en general, es una lectura recomendable, de buen estilo y bien documentada para tipos enfermizos sin tacha ni enmienda como somos los Hermanos Galateos.
Los episodios más truculentos están bien contados, sin complejos ni eufemismos, recreándose en los detalles más escabrosos con ejemplaridad, sinceridad y convicción (y mogollón de sorprendentes conocimientos de anatomía humana). Y para un servidor, que empieza a estar harto de leer porquerías y pastiches embadurnados de falsedad y corrección política, semejante compromiso literario es más que suficiente justificación para escribirlo, y argumento que invita sobradamente a su lectura. Ni Bukowski se atrevió a ser tan bruto.
Os pongo, ya que estoy, la página personal de la autora por si queréis escarbar un poquito más:
Cumplo con esto mi compromiso de agradecimiento para con la persona que me pasó el libro y, de paso, os invito a una gratificante vomitona comunal. Ánimo.

1 comentario:

Biedma dijo...

Ese es mi Paco y los demás no lo son. Entradas así son las que marcan carácter.

Me apunto la referencia para una conferencia que tengo pendiente en la FNAC sobre libros prohibidos.

Abrazos.