lunes, 23 de noviembre de 2009

Exaltación de Phibes


Echo de menos al Doctor Phibes.
A esos malos como Vincent Price que, de tan buenos como eran en lo suyo, te caían más simpáticos que el héroe de turno. Probablemente, jamás haya disfrutado tanto como en el momento en que Phibes, tras pasarse por la piedra con sus geniales truculencias a media humanidad, logra eludir la justicia de los hombres y escaparse en aquella barca para siempre jamás. Qué tío...
Los echo de menos. Al Drácula de Lugosi y a ese Lon Chaney atormentado por ser hombre lobo, luchando denodadamente contra su naturaleza. Echo de menos a Karloff odiando a Frankenstein por convertirle en un remedo de ser humano, en un simulacro de vida, exigiéndole una compañera a la que amar y que termina por detestarle en su imperfección. Echo de menos a esa momia que atraviesa océanos de tiempo para reencontrarse con el alma de la mujer a la que amó. el alma que en su ignorante ceguera de milénios ha olvidado a quien la quiso. Echo de menos a Peter Lorre, borrachín, fracasando como brujo porque no es ni la mitad de cuanto pretende. Triunfando como actor en la piel de un asesino tremendo que sabe jugar como nadie a los dilemas morales. Qué tíos...
Lamento no poder emocionarme con la ramplonería del refrito que nos invade.
Me aburren los vampiros adolescentes y videocliperos del presente. Los nuevos muertos vivientes que, visto lo visto, deberían seguir muertos. Me deprime la perversión de las herencias. La falta de ideas. El montón de gente tratando de hablar cuando nada tiene que decir. Las sagas interminables, las teleseries. Esos nuevos culebrones cult que son capaces de estirar una paja mental más allá de los doscientos episodios sin que nadie tenga la más remota de a dónde se va ni para qué. Qué tedio. Qué rollo. Ahora comprendo la ironía: Los perdidos no son esos tipos de la isla de marras, somos nosotros.
Echo de menos al Doctor Phibes.

6 comentarios:

Biedma dijo...

Los echamos, hermano, los echamos casi sexualmente de menos. Casi no hay referencial actual posible, todo lo nuevo es peor.

Pero, Perdidos es una cosa muy grande, una vez aceptada esa vacuidad de la que hablas. ¿De verdad no te mola?

David G. Panadero dijo...

Paco, Biedma,
que no os enteráis!!

Cada cosa en su tiempo y los nabos...
En Adviento.

Francis P. dijo...

Biedma, de veras, me parece una paja mental absoluta que refleja un hecho: los guionistas se han metido en un lío espantoso del que no saldrán hasta que bajen las audiencias, y del que cuando bajen las audiencias no sabrán salir.

Pura filfa artificiosa.

En serio: la cultura del entretenimiento bastardo en que se nos ha sumergido por la fuerza esta machacando los contenidos para imponer estéticas vacuas e innecesarias. Puro videoclip. No hay más que ver ese espanto cinematográfico de "2012" para advertir de que va ese del rollo del nuevo milenio.

Como dice Isabela: me toca el nabo en adviento. Va a ser que también soy un utsider como Pedrito (juas juas).

David G. Panadero dijo...

Y me apunto a las peticiones y ruegos: Echo de menos a Franco Nero. Ya no quedan héroes con bigote...

Pedro de Paz dijo...

Mucho chachondeito veo yo por aquí, Pakosky. A ver si voy a tener que curtirte lo que viene siendo mayormente la parte de la lomera. Cuidao conmigo, que soy un utsaider.

Biedma dijo...

Paco, no tengo que decirte que comparto al 150% las estúpidas tendencias actuales, aplicables también a la novela, sin duda.

En cuanto a Perdidos, igual me equivoco, pero tengo la impresión de que en algún momento te has desconectado de serie -la mayor transgresión narrativa que se haya nunca en televisión, tan rompedora que todavía flipo con que haya llegado a la segunda temporada- y le has perdido el hilo y el gusto.

Un tema más a tratar cuando nos reunamos próximamente para el homenaje a Isabela de Cambados en la Casa de Campo de Madrid.